En la primera charla de innovación educativa hemos recibido
al director del colegio Casa Blanca, situado en la ciudad de Elche.
Este centro se denomina CAES por tener más del 30% de alumnos
con necesidades educativas especiales, en su caso llega hasta el 72%, estas necesidades
pueden ser por distintos motivos como, nunca haber ido al colegio, inadaptación
a la sociedad, minoría étnica en situación de marginación etc.
El director nos cuenta que este centro no se queda solo con
su cometido de educar a los niños, sino que también se preocupa por hacer una
labor social. A través de subvenciones pueden ofrecer alimentos a los niños,
incluso a las familias que más lo necesitan (en Navidad regalaron 33 cestas
solidarias).
Por otro lado están continuamente buscando fondos tanto con
subvenciones como por donaciones para poder realizar excursiones o equipar de
materiales las aulas de informática, laboratorio o plástica.
El colegio tiene numerosos proyectos, algunos de ellos son:
-
Prevención
de absentismo
-
Alimentación
(controla tu peso)
-
Campamentos
de verano
-
Cursos
para padres
-
Educación
para la paz
-
Español
para padres
-
Órdago
contra la droga
Es necesario que nosotros como futuros maestros conozcamos la
realidad de este tipo de centros, ya que perfectamente cuando empecemos a
trabajar, nos puede tocar un colegio con estas características. Si es difícil
controlar una clase de 30 niños que más o menos pueden llevar un mismo ritmo,
nos podemos imaginar lo complicado que tiene que ser, el alcanzar los objetivos
propuestos a principio de curso por todos los alumnos. Debido a las faltas de
asistencia se debe hacer un trabajo más individualizado si cabe que en un centro
ordinario, esto me parece esencial para conseguir una evolución en el
desarrollo de estos niños.
Creo que trabajar en un centro CAES es algo muy personal y
que no todo el mundo tiene la obligación de saber llevarlo, porque las
situaciones que se pueden dar en estos colegios algunas veces deben ser duras,
tanto las de las propias familias de alumnos como las del propio maestro. Es
importante no olvidar que estos niños son víctimas de una sociedad injusta que
les condena al fracaso desde el comienzo y lo que necesitan son personas a su
lado que les hagan sentir iguales y no diferentes.
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